Decía una y otra vez aquella maestra de ingles de mi tercer 9º grado.
Repeat after me.
Hector and his sister Nancy went to the beach with their father.
Quizás es lo único que se me grabó de aquel 9º y seguro estará mal escrito.
El primero de tres lo había suspendido toda la escuela. Los niños de la revolución habían soltado en un congreso pioneril por órdenes de arriba que todos los maestros hacían fraude. Suspendimos todos, todos con menos de 70 que ya era suficiente para no pasar de grado. Pero mis padres venían de una familia que se mantenía con 256 pesos al mes. Pasaron quienes les hicieron buenos regalos a los profesores que ya no hacían fraude, ya te daban el aprobado por bienes o dineros directamente. Conozco de buena tinta quien falsificó el certificado de notas para no perderse las vacaciones. Yo lo eché a suerte. Ni miré las notas, no usaba esta frase pero mi pensamiento era del estilo de: Que sea lo que dios quiera. Tampoco creía en dios, ni ahora tampoco. Quizás por eso sigo repitiendo.
El primero de tres lo había suspendido toda la escuela. Los niños de la revolución habían soltado en un congreso pioneril por órdenes de arriba que todos los maestros hacían fraude. Suspendimos todos, todos con menos de 70 que ya era suficiente para no pasar de grado. Pero mis padres venían de una familia que se mantenía con 256 pesos al mes. Pasaron quienes les hicieron buenos regalos a los profesores que ya no hacían fraude, ya te daban el aprobado por bienes o dineros directamente. Conozco de buena tinta quien falsificó el certificado de notas para no perderse las vacaciones. Yo lo eché a suerte. Ni miré las notas, no usaba esta frase pero mi pensamiento era del estilo de: Que sea lo que dios quiera. Tampoco creía en dios, ni ahora tampoco. Quizás por eso sigo repitiendo.
El segundo 9º fue mas lindo, mas intenso. Ya yo era un poco mayor y vinieron caras nuevas. Comencé a pensar en el amor sin leer a Henrik Brukner. Cuantas aventuras, romances, persecuciones. Que emoción pasar por casualidad por delante de la casa de la persona que me gustaba 100 veces al día. 100 casualidades y 100 posibilidades de encontrármela por casualidad. Por lo general la encontraba con su novio. Va por ti Laura, dios en el que no creo sabe cuantos zapatos gasté pasando por tu casa cerrada a cal y canto. ¿Quien coño tenía aire acondicionado en esa época? ¡Tú! y por eso tu casa siempre estaba cerrada, acristalada ¿Quién tenía cristales sanos en su casa? ¡Tú! ¡cristales verdes con bolitas de esos que no se ve una mierda padentro! ¡100 veces cada día Laura! o quizás menos. Para nada. Un día te apareciste en mi casa, tocaste la puerta. Habías huido de tus padres por una bronca de esas raras que yo no sabía si era por fumar cigarros de lo que fuera. Me hiciste llamarles y decirles que yo era tu novio. Fue bonito ser tu novio virtual por unas horas hasta que te recogieron en ese alfa romeo del 76 de 1750 centímetros cúbicos color vino y ver a tu padre en cámara lenta amenazándome de cualquier cosa que me importaba un comino. Me diste un beso en la cara antes de que te cerraran la puerta del carro. No te vi más nunca. Al cabo de los meses tu casa estaba vacía, y yo seguía pasando por ahí. Para nada.
Repeat after me.
Horas y horas pasaba parado en el puente de hierro. Hasta que viera un pez saltar. Me cogía tarde a todos los sitios porque tenía mi propia superstición. Si veía un pez saltar es que el día iba a ser bueno. En la mañana, entre los botes que llegaban de estar toda la noche pescando los veía saltar. Esas eran mis monedas, peces que saltaban. Un pez, otro pez. Que días mas lindos vinieron, mientras mas peces saltaran mas lindo era el día.
En ese tercer 9º grado ya estaba cansado. Habían hecho la famosa mundial pero era pedirle peras al olmo. Lo que me habían hecho, ese año que había perdido miserablemente de mi vida no lo perdoné jamás. Habían bajado la puntuación mínima a 60 pero ni así moví un dedo, no abrí un libro. Daba dos turnos al día y después tenía la incalculable felicidad de mataperrear por ahí para no llegar a mi casa antes de hora. Ya no estaba solo, había más mataperros que me apoyaban en mi causa. El carabela, Haydee, Angel Mederos que estaba tan enamorado de Haydee como yo hasta que se fue con el profe de educación física y tuvo hasta hijos. Por suerte nunca le dije nada. Era una persona tan valiosa, que era mejor no perderla con tonterías amorosas de niños. Un día se lo diré. Pero ella, dentro de ella, era mucho más mayor que nosotros. Tremenda Haydee. Es la única persona de quien me haya enamorado y no se ha enterado, las demás sufrieron y se divirtieron de lo lindo con mis ridiculeces de todas las ramas posibles. Pero a Haydee no le dije ni pío.
El cuarto 9º fue en una escuela taller. Aburrida. Llena de corta cortas. Gente saturada de conflictos por todas las vías posibles. Un profesor nos rogó que termináramos el 9º me centré un poquito y lo terminé. Fin de la historia. Como era solo un semestre esos 8 meses de vacaciones prometían mucho. Lindas vacaciones pasando por casualidad 100 veces por casa de Haydee a ver si por casualidad la veía. La vi. La vi varias veces pero como de costumbre no tenía nada que decir. Un saludo y a seguir camino. Maldito nudo en la garganta. Repeat alter me. Hector, and his sister Nancy………………
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