Cuando grabé estas imágenes con mi obsoleta cámara de video, algo me decía que era una despedida. Así fué. Una vez que pisé la nueva tierra traté de olvidarme de aquella. Mas de diez años bastaron para demostrarme la imposibilidad de este hecho. Hoy, mas que nunca quiero recuperarla, no funcionó la coca-cola del olvido como muchos dicen. Esa tierra, esa azotea, esas calles me duelen cada día más como si de una enfermedad se tratase por eso no puedo dejarla atrás, ni quiero. Esa es mi tierra y tierra de todos los que la quieran. Por eso a veces mi cuerpo se pasa días sin alma por ahí, porque como esta puede ir a donde quiera, se pierde en los aires de estas imágenes sin fecha de caducidad ni fin de contrato.
El barrio increíble, en diez años no ha cambiado casi nada, exepto que todos los amigos se han ido a otros países y los edificios que se iban a caer ya se han caído, los niños han crecido y desde luego no saben quien soy a pesar de haberlos cargado en mis brazos y algunos haberlos enseñado a nadar y a pescar. Mi padre ya no está porque se quedó esperando un absurdo permiso para que yo pudiera entrar a Cuba de nuevo y se marchó para siempre mutilado por la espera y la injusticia. Se que voy a volver y ojala no sea tarde para recuperar esas familias de barrio,esas puertas abiertas y los niños jugando en todas las casas indistintamente. Esas tribus de pequeños y grandes en busca de aventuras pesqueras por el malecón y la costa de Miramar, la puntilla o el 1830. En el minuto 4:45 sale mi padre y varios niños del barrio, hoy hombres y mujeres que no saben de donde me han visto porque desaparecí un buen día como sus padres y hermanos mayores, a intentar olvidar a otro lado infructuosamente.
Sí, la ciudad nos olvida, porque cada vez quedan menos amigos, y los niños no sólo no nos conocen, sino que crecieron con otras referencias, otros valores, otros sueños. Tengo la certeza de que vivimos un tiempo muy especial en la historia de La Habana, con un ángel y un encanto que no está ya. Será verdad o ideas mías? No cambiaría mi vida por ninguna, por lo que fue y lo que es.
ResponderEliminarCómico que salieran los fumigadores! Eres todo un cronista!
Tu admiradora desde la islita.
Yoyin, con el corazon en la mano, te digo como le dijeron a Lázaro: levantate y anda.
ResponderEliminarTe vas a perder la Vida, Jorge. Y no lo digo desde fuera de la valla.
Dale un poco de valor a los brazos de Calipso que esta tierra otra te tiende...
Un abrazo
Yo creo que ya me la perdí hermano, me quiero ir pa mi casa, estoy en perreta como los niños. quiero mi casa, ET...hoomee, pero quiero que mi casa se arregle y poder vivir de mi trabajo. mientras subsisto en el pequeño mundo que conservo.
ResponderEliminarMi barrio, tu barrio, nuestro barrio no ha cambiado, sigue anclado en el mismo lugar, nosotros si nos hemos hido a la deriva con la ilusion de encontrar el Norte y poder regresar a nuestra casa felices. Me acuerdo cuando me perdia con una amiguita y los patines chinos a otros barrios, cerca del mio, horas y horas, pero siempre era bueno regresar al barrio, por el mismo camino que ya habiamos recorrido y conociamos hasta las marcas en las paredes de los muros, y regresabamos sucias, llenas de churre y grasa de las calles, pero con una sonrisa que dejaba ver nuestra felicidad, eso es lindo! Alli vamos a volver!
ResponderEliminarGracias otra vez por el barrio, lo vi tambien este Dic/Enero 2010 con mucho frio Habanero. Todo sigue igual, no te preocupes, el barrio nunca olvida... El barrio siempre permanece alla!
Tambien como tu, nunca pude decirle adios a mi padre querido y que me hubiese imaginado yo que en este viaje seria la ultima vez que lo encontraria vivo. Se fue de repente un Viernes Santo de Abril...2010.
Saludos Yoyi, gracias por compartir tus nostalgias, que tambien son nuestras.
Alex
---Volveremos Yoyi, volveremos como dijera Marti "...con esa fuerza más..." a reconstruir a la Patria, a devolver la sonrisa a los niños, a proteger a los que no pueden defenderse, a convertir esos barrios en zonas habitables por seres humanos, a llevar una gota de amor a cada casa, un día volveremos con una carga para matar el hambre, la miseria, la inferioridad del cubano ante el foraneo, a devolverle a Cuba a los cubanos.
ResponderEliminar--Ese es el sueño de la " Mafia de Miami ", sueño terrible para los que defienden la opresión contra el pueblo de Cuba.
--Saludos Yoyi.
Puede que volvamos, yo he vuelto y me he visto extraño. Y sufro y me pregunto dónde está mi hogar. Me adapto a los lugares pero no pertenezco a ninguno. En la Cuba que habité, la sufrí, la odié, quise huir. Ahora la edifico con nostalgia, la idealizo, como tú, en fragmentos e imágenes, la reconstruyo a mi manera. No soy de aquí ni de allá ni de lugar alguno. Soy, existo, permanezco.
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