viernes, 26 de enero de 2007

PUERTAS ó Pesadillas de invierno.

No vale la pena transcribir las veinte páginas que he escrito sobre esto. Solo unas cuantas reflexiones. En estos días parece que estoy enganchado al tema de los sueños. Estoy soñando y no se porque (si alguien me ayuda lo agradeceré) con cosas a las que les temo. Una de ellas son las puertas. Le tengo terror a las puertas. Ese pedazo de madera al que el hombre ha dotado de capacidad de permitir o prohibir según sea el caso. Las puertas son útiles y peligrosas, como las armas. Las puertas mandan sobre los seres vivos y los muertos. Las puertas lo son todo y en todas partes están.
Desde pequeño recuerdo la puerta del dentista. Esa puerta de formica amarilla con una claraboya redonda en el medio. ¿Para que sería la claraboya? Nada me daba más terror que cuando abrían la puerta. Una vez traspasada ya estaba resignado a que iba a pasar dolor con los interminables empastes y andanzas de los dentistas criminales, pero ese momento desde que abrían la puerta hasta que decían mi nombre…..es algo duro de recordar. Hay otras puertas. La de escaparse de la escuela. Los escasos diez metros que me separaban de ella eran como kilómetros. Cada paso consumía mi energía como si estuviera alimentando con mi cuerpo una ciudad entera. Esos segundos de llegar apretando los dientes para que ningún profesor te preguntara a donde te creías que ibas eran incontables. Todo el sonido alrededor se centraba en tus pasos que a esa hora eran más ruidosos que nunca. El mundo giraba cada vez que ponías un pie detrás de otro y todo esto con la recompensa de un rico baño en el malecón si lo lograbas. Así fue en las puertas de la unidad del servicio militar. Las malditas puertas alambradas. Un descuido y ya estaba del otro lado. Escurrido como el mejor de los ninjas tomaba la guagua así mismo vestido de verde y me iba para el coppelia. A eso de las seis de la mañana volvía a atravesarlas esta vez para condenarme a mi mismo a la guerra y al militarismo. Pero había otras puertas horribles. Las puertas del servicio militar como mucho te podían condenar a un mes sin pase o las del dentista a un dolor momentáneo que incluso una vez pasado sentías muchísima mejoría al no tener un agujero en una muela donde se te quedara el pan nuestro de cada día. Había puertas más terribles y de las más de veinte hojas que le he dedicado a las puertas hoy voy a hablar de una de las peores. Las puertas del aeropuerto. Esas puertas grises que se cierran solas como responsables de no dejarte ver, ya no hablemos de pasar por ellas.
En esas puertas por años y años se desaparecieron los amigos. Uno tras otro los engullía con insaciable apetito y pedía más. Lo malo que queríamos que nos engullera. Las puertas del aeropuerto eran claras y concisas. Solo se abrían una sola vez y alguien pasaba. Nadie se le ocurría con la puerta abierta mirar atrás. Los amigos la atravesaban de un tirón y la puerta feliz de su poder y su terror batía el aire de lo rápido que te aislaba. No dejaba una última mirada ni un último adiós. Solo ella, la puerta entre el ser querido y tu. Me gustaría un día violar esa puerta. Arrancarla de cuajo con un hacha y hacerla pedazos. Gritarle a ella y todo el que se meta en el camino, incendiarla, barrerla, aplastarla y sobre todo. Volver a ver a los que desparecieron tras ella.
Con el pasar de los años la vida me dijo que yo pasaría por esa puerta. Juré que una vez en ella me viraría y diría un último adiós. Además por un problema moral no la dejaría que me golpeara por la espalda como echándome de mi propia casa. Agarraría la maldita puerta y la cerraría despacio humillándola incluso de ser posible la dejaría medio abierta para que perdiera el aliento, la fuerza y la dignidad.
Llegó ese día. Al aeropuerto fui solo. Suena a película pero no me gustan las despedidas. Ahí estaba la maldita puerta y sus sicarios custodiándola. Era el momento de la venganza. Tú que te tragaste a tantos seres queridos, ahora iría a tus entrañas y te revolvería el estomago con todas mis fuerzas y ya estaba cerca. En lo que mi yo automático respondía toda clase de absurdas preguntas que me hacían los custodios de la puerta mis ojos no se separaban de ella. Cabía la esperanza de que se asustara y buscara refuerzos. Una negación en el ultimo momento o un fallo en la documentación pero ella fue más fuerte y lo permitió todo. Dejó que me sellaran el pasaporte e incluso en un alarde de guapearía puso en boca de la vestida de verde un que tenga usted un buen viaje. Avancé hacia ella sin quitarle la vista de su centro gris como su podrida alma. Sentí clavado en mí la vista de las cámaras, ojos de la puerta. La vista de los protectores, los sicarios, los muertos y los perdidos. Escuché la risa de la puerta pero aun así no me detuve. Torcí la manigueta hasta que sentí hierros romperse dentro de ella. La empujé suavemente disfrutando con alevosía cada milímetro del ángulo que cedía a mi brazo. La puerta empezó a reírse a carcajadas. Como un ser en extremo masoquista me permitió el paso con amabilidad a pesar de estar siendo vejada. La aguanté con el pie, me viré y dije adiós a la nada, a nadie. La puerta me había tragado a mí y ya no existía mi tierra. Toda mi historia desaparecida, mi barrio, mi familia, mi río, mi selva. La puerta esta vez me lo había quitado todo. Otra vez me tocó perder. Nadie puede con la gran puerta gris. Desde entonces sueño con ella. Algunos sueños horribles en que se ríe en el momento que me desparece mi tierra por completo o estoy en mi tierra y ella desaparece a todos mis amigos uno por uno. A veces sueños geniales en que voy con una gigante mandarria y rompo todas las puertas y porteros. Sueños de los que me despierto sudando y violento. Pero con una enfermiza risa que me dura todo el día.

10 comentarios:

  1. Que pesadilla puertistica amigo, realmente las puertas del dentista y la de la terminal 3 son muy pesadas para mi tambien, en la del aeropuerto realmente la sensacion de ser engullido y recontraobservado es intimidante. Hay otra puerta que a mi me enfermaba alla, la de la guaguas, siempre apretadas, sudorosas y aplastantes, uff.....Saludos Piratas!

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  2. yo creo que soy del 27 y medio agosto del 90

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  3. alabao, yoyi, tu no dejas de asombrarme.
    Esa puerta nos ha quitado a todos tantas cosas, quien puede dejar de sentir su poder catastrofico? que cubano puede dejar de pasar por ella impacible, indiferente? Es un mundo de emociones el que me inundo. Primero el miedo de no llegar a ella, despues y con el mismo "buen viaje" el asombro de que hubiera sido tan facil. yo si mire atras y habia prometido que me iba a despedir muy rapido para no dar tiempo a nada. una mirada furtiva atras, una sonrisa forzada y esa sensacion extranna, nunca experimentada, nunca deseada, de cerrarse el mundo a tu espalda. que miedo, yoyi, que miedo.
    Pero miedo mezclado con esperanza, y un poquito de satisfaccion.
    No son muchas las gentes en el mundo que tienen que pasar por esa puerta terrible y no le deseo a nadie la situacion de tener que afrontarla.
    Pero como dije en mi blog, casi mas fuerte que esa puerta fue cuando despego el avion. hasta ahi habia logrado ecuanimidad. y es uno de los esfuerzos emocionales mas grandes que he hecho, el tener que reprimir lo que se me desbordaba adentro.
    que decirte? gracias de nuevo?
    no, ya lo sabes, estas lleno de talento.

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  4. gracias liset, si cuando crucé la puerta me hubiesen dicho que iba a encontrar gente como tu y como los que vienen por aqui, mas mis amigos españoles. todo hubiese sido mas fácil.

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  5. Yoyi!!!!!!!!! Tú siempre con algo bueno!! Vaya chico que te sales con la tuya!! Que bueno!! Puertas o Pesadillas de Invierno ..... Gracias por entregarnos este blog tan maravilloso!! Te recompenso apreciándolo y regresando siempre!! ... no sé si te has leído un libro genial!! de Abilio Estévez que se llama Inventario secreto de La Habana ....... lo bueno hay que compartirlo!! jejeje ....... besos antillanos

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  6. No lo creeran pero me acaba de llegar un video de Cuba en la que aparece un pariente mio en el momento que le estan chequeando la documentacion en el aeropuerto, (se habia sacado la loteria de visas), y se como el vacila si abrir la puerta o no, se vira hacia sus familiares por ultima vez, hace un gesto como si fuera a ir hacia ellos, se ve que tiene los ojos aguados, y entonces de repente, abre la famosa puerta de un tiron y la cierra tras de si. Toda esta escena no dura ni 20 segundos, pero es tan fuerte y me recordo tanto de lo que Yoyin habla aqui...

    Y hablando como los locos... hey Yoyin, tu que trabajas en el aeropuerto y tienes esa relacion, por decir asi, con el lio este de los aviones, mira el video este en youtube de la cabina de un avion, (IL 62), de cubana como el piloto parece como si estuviera manejando un camello en La Habana:
    http://youtube.com/watch?v=yQIqgxmeRqk

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  7. santaclareño he visto ese video y me he estado riendo mucho, eso nadamas que se ve con los cubanos. aqui yo estoy estudiando estos temas y los comandantes de aqui son mas pesaos que una vaca en brazos ademas no dejan a nadie acercarse a la cabina siquiera.
    la aeronave que sale tiene toda la pinta de ser del año 79 82 mas o menos auqnue creo que han comprado nuevos illiusin que son carisimos y tecnicamente superan en calidad y seguridad a boeing y a airbus industries. pero tienen dos problemas. gastan mucho y los controles estan en ruso por eso no compite.he estado pensando hacer un video tutorial de curiosidades de pilotaje quizas pueda ser interesante. a ver cuando me pongo con ello.

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  8. Metele mano al video ese, estoy seguro que todos los que hemos soñado alguna vez en la vida ser piloto, nos encantaria verlo.

    durante el tiempo que estado viviendo aqui en Miami, he pensado varias veces coger algunas clases, volar unas cuantas horas en un simulador, sacar la licencia de single engine y poquito a poco subir de licencia...pero es que es tan caro todo!!

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  9. tu eres una cabroncete has puesto la musica de efecto mariposa ¿que nos quieres decir con eso?

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  10. ahhh no see, saque usted mismo sus propias conclusiones

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