miércoles, 11 de octubre de 2006

Huele a norte


Acabo de llegar a casa. He pensado: llevo siete días escribiendo en el blog y poniendo videos, sobre todo lo segundo es agotador y lleva muchas horas, pero me encanta compartir esas imágenes que gracias a la tecnología están en más lugares que mi mente.

Entonces he sacado una conclusión….hoy voy a hacer como dios…voy a descansar.

Pero hoy ha sido un día raro, como mañana es feriado en España, el aeropuerto ha estado reventándose de gente, broncas incluso. A cada rato han caído unas lluvias inusuales aquí. Los aviones al tocar tierra hacen una explosión de arco iris impresionante, se desplazan a los lados de la pista pero nunca se salen de ella, me imagino al piloto como si condujera una carro ponchado que coge pa donde le de la gana pero al final logra controlarlo.
A cada rato salgo a la calle, desde ahí puedo ver las guaguas que me llevarían donde tengo parqueado el carro pa irme pa mi casa. Es como soñar con estar libre, ves la gente que se va, los que vienen. En el aeropuerto hay dos canales, como en cuba antes. En uno son las tristezas, es en salidas, ahí la gente se despide, se abraza, llora, se vuelven a abrazar, se prometen cosas. Puedo ver a menudo como se estrujan las ropas como si con eso la gente se quedara aunque se fueran sus cuerpos. Casi siempre la gente se aprieta y llora y después se quedan mirándose a través del cristal hasta que deja de ser visible la única molécula del ser querido en la distancia. Aun así, algunos se ponen de puntillas e intentan mirar más allá de lo posible, otros incluso cuando esa persona querida ha desaparecido en un ascensor siguen con la mano en alto diciendo adiós y los ojos con esa mirada de no ver más allá de sus pupilas.
- Hoy huele a norte.
- Y eso que es ¿como va a oler a norte?
- Huele a norte.
¿Como explicar que es el olor a norte? El otro canal de esta gran televisión está en llegadas. Ahí la gente pega gritos de alegría, los niños gritan ¡¡mamaaa!! la gente se abraza pero ya con risas y alegrías, se abrazan pero nadie dice adiós, los novios se besan como si fuera la última vez, o la primera. Los que llegan se están un rato abrazados aunque sepan que se van a ir juntos, es un abrazo como el de salidas pero sin tristezas aunque si con alguna que otra lagrima. El segundo canal es optimista por decirlo de alguna manera, a veces tengo que salir por esa puerta, no por que llegue sino porque trabajo por ahí, entonces se me clavan las miradas, aunque nadie dice nada se que me miran y me dan la bienvenida, entro muchas veces por salidas pero cabizbajo para no ver rostros tristes o cansados pero cada vez que entro por el canal dos o sea llegadas me lleno de jubilo, siempre le gritarán alguien cerca de mi y la gente me mira, a veces quisiera que me gritaran a mi, a veces quisiera que me esperara alguien, tenía un compañero loco que cuando salía por esta puerta abría los brazos y gritaba ¡ya estoy aquí! Y yo no podía menos que doblarme de la risa.
- a norte coño, a viento del norte
- ¿y eso a que huele?
A que huele, dime tu ¿a que huele dice? A norte. Rebota en mi cabeza la explicación pero el teléfono no para de sonar. 890 bloqueo de CPU, 912 la aplicación no conecta con el servidor y corre que es Lan Chile, después British Airways, corre, corre, corre.

El norte huele a malecón revuelto, huele mal, pero me gusta ese olor. Huele a algas descompuestas y a basura flotando en el castillito. Huele a mar disuelto en el aire, a ese poco de frío donde la gente saca sus abrigos con apenas 27 grados, a la cola de la panadería de calzada y 18, a que con solo caminar 10 metros puedas oír o no el ruido del mar y olerlo, si llegas a línea, no hay mar si llegas a calzada si hay mar. El norte huele a nadie yéndose a la playa, a pocos pescadores, a día gris, a estar sin hacer nada, a esperar algo, a pocos carros pasando por el malecón por miedo a la oxidación implacable de sus partes, a llegar salado a casa, a que se pudran los rayos de la bicicleta.
- ¿Por fin a que huele el norte?
-Lo contrario de lo que huele el sur…
Mostrador 752 Vuelig, mostrador 781 Iberia, mostrador 917 Air Maroc, puertas de embarque J54, K86, K98. Corre, corre, corre. Los aviones revientan el agua en las pistas, llueve y llueve. Canal uno y canal dos. Hoy huele a norte.

PD: en cuba estos canales no funcionan, puedes ver la gente haciendo una fiesta a los que se van y llorando amargamente a los que vienen y viceversa, en cuba no hay explicación.

3 comentarios:

  1. Al cabo de las tierras y los días
    de horarios y partidas y llegadas
    y aeropuertos comidos por la niebla
    enfermo de países y kilómetros
    y rápidos hoteles compartidos

    Luego de esperas
    prisas
    y rostros y paisajes diferentes
    y seres encandilados por el olvido
    o abiertamente besados por la vida

    Después de aquella amada
    y esa otra apenas entrevista
    mujeres cogidas por mi soledad
    y ahogadas por las bellas catástrofes

    Luego de la violencia y el deseo
    de comenzarlo todo nuevamente
    y los errores
    y los malentendidos cotidianos
    y los hábitos torrenciales del trópico
    y noches acariciadas por el alcohol
    y tabaco fumado con tanta incertidumbre

    Al cabo de un nombre que no me atrevo a decir
    y de alguien que yo llamaba Irene
    de cierta voz
    cierta manera de clavar los ojos
    al cabo de mi fe en el entendimiento de los hombres
    y en el corazón de las ciudades y pueblos
    que nunca sabrán de mí

    Luego de tanta tentativa de huirme o enfrentarme
    y comprender que estoy solo
    pero no estoy solo
    al cabo de amores corroídos
    y límites violados
    y de la certidumbre de que toda la vida
    no es más que los escombros
    de otra que debió haber sido

    Al cabo del hachazo irreparable del tiempo
    sólo puedo blandir estas palabras
    ésta obstinación de años y distancias
    que se llama poesía.

    "Labios libres", Mario Trejo (1979)

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  2. muchas gracias,agua al sediento son los poemas en oidos llenos de ruidos de ciudad

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  3. Pues yo tuve una experiencia tremenda el pasado 6 de junio, aquí en el aeropuerto de Montreal. Fui a esperar a un muchacho grande y barbudo. Llego asustado. Era tan alto que tenía que pararme en puntillitas para besarlo en el cachete. Debe ser que salió por la puerta de la gente que llega. O quizá sea cierto que nació otra vez ese día. Desde entonces volvió el olor a mar. Mi cielo, nada de la grisura de esos nortes and No More Lonely Nights!

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